Lo primero que adquirí fueron 2 brochas. La marca wet n' wild es demasiado económica y la calidad me sorpendió demasiado. La crease brush es para utilizarla en la cuenca del ojo al difuminar sombras, y de hace mil la estaba buscando (lamentablemente no llegan a mi ciudad). La segunda es la powder brush, que sirve para aplicar polvos, o de verdad para lo que uno le de el uso; yo la uso para aplicar el polvo translucido. En total, ambas me costaron $3.000 pesos chilenos.
 Quería comenzar a utilizar base, pero no algo pesado, sino que fuera ligero y fácil de aplicar porque soy demasiado floja. Me puse a investigar sobre los skin tint, y me aparecio este de Rimmel London que tenía buenas reseñas. Al dejar la piel radiante (si, de verdad la deja), tuve que llevarme igual el polvo translucido para la zona T. Entre ambos no pasaron los $6.000.
 Después del fracaso que tuve con el lapiz de cejas de Essence, me propuse encontrar algo simple y que pudiera rellenar mis pequeños espacios en las cejas. Encontré este Maybelline que tiene pelitos falsos, y su costo fue de $3.700.
 Por último, compre dos productos netamente para el cuidado de la piel. Lo primero fue una crema, hidratante de ojos, de Cetaphil, porque tenía demasiado reseco y se notaba a simple vista; su costo fue de $8.000. La botellita grande es un toner, de la marca Dickinson's, que promete atenuar los poros. Me sorprendió lo barato, costó $3.000 pesos, para más de medio litro.